Los smartphones modulares eran un tipo de móviles cuyo principal atractivo consistía en que podías personalizar e intercambiar las distintas partes de tu teléfono como quisieras, y de manera fácil.
Liderados por el «Proyecto Ara», de Google, el teléfono estaba compuesto de diferentes módulos que correspondían a sus partes principales, de manera que si querías mejor cámara, en vez de comprarte un nuevo móvil, comprabas un nuevo módulo de cámara, quitabas el que tenías y ponías otro, encajando como piezas de un lego.
Lo mismo pasaba con el procesador, el almacenamiento… Así, no solo podrías actualizarlo fácilmente, sino que podías construir uno como tú quisieras. Si eres de los que la cámara le importaba más que la velocidad, podías comprar las piezas adecuadas y encajarlas como en un Tetris.
¿Qué pasó con los smarphones modulares?
Que iban a ser una revolución según sus creadores, pero al final no sucedió y se quedaron en nada.
De hecho, Google cerró su «Proyecto Ara» a principios de 2016 y, con eso, murió una idea que parecía buena sobre el papel, pero no era lo que queríamos.
Hoy día el móvil lo cambiamos a menudo, y no solo una parte, sino todo. Mejores pantallas, diseños más espectaculares, marcos que desaparecen… Todo eso no lo podías conseguir con un móvil modular y, prácticamente, ninguno de nosotros piensa ya en mejorar o reparar su mbóvil actual, sino en comprar otro nuevo y brillante.
Además, la manera en la que se fabrican los móviles, para que sean asequibles y a la vez poderosos, es hacer que sus componentes sean muy difíciles de reemplazar.
Las memorias van soldadas, la batería ya no se puede quitar como en los antiguos móviles de tapas traseras de plástico. Hoy día la tendencia es a cambiar completamente de teléfono y no solo una parte. Hoy nos cansamos pronto de nuestro móvil y los nuevos diseños, como los del iPhone X o el Samsung S8 hacen que miremos nuestro teléfono y nos parezca una cosa del pasado.
Así que no queremos cambiar la cámara o la memoria, queremos algo totalmente nuevo. Y en Google se dieron cuenta y cerraron el proyecto sin que el móvil modular viera la luz.
Los otros smartphones modulares
Sin embargo, Google no fue la única que lo intentó. El Motorola Moto Z, por ejemplo, tiene un sistema de accesorios en la carcasa que, unidos magnéticamente, le permiten funcionalidades nuevas o mejoradas, como por ejemplo hacer de proyector, o un altavoz JBL para escuchar a todo volumen tu música.
El Fairphone 2 es otro ejemplo de móvil modular, centrado en la sostenibilidad y en que sus usuarios puedan mejorar y reciclar partes del móvil, en vez de estar comprando uno nuevo y generando más residuos con el viejo.
El LG G5 también intentó ser modular, con accesorios parecidos a los del Motorola, pero todos estos móviles son de 2015 y 2016, no tuvieron un gran éxito y no parece que los fabricantes estén muy interesados en seguir la tendencia.
¿Revivirán los smartphones modulares?
Aunque el concepto de smartphones modulares ya no esté sonando apenas hoy, sigue habiendo proyectos como el del Puzzlephone, que se centra en la sostenibilidad y la capacidad de actualizar los componentes externos del móvil. Y hace poco, Facebook ha registrado unas misteriosas patentes que han hecho pensar a algunos que está trabajando en algo parecido al «Proyecto Ara» de Google.
Así que veremos, porque es posible que no hayamos oído aún la última palabra de los smartphones modulares.