El iPhone X ha vuelto a poner de moda la pantalla OLED al anunciar que monta una por primera vez, en vez de las clásicas pantallas IPS LCD que utilizaba hasta ahora. Sin embargo, la pantalla OLED ya era una vieja conocida en muchos móviles, especialmente en los Samsung de alta gama.
Hoy te vamos a explicar qué es una pantalla OLED, cómo funciona, qué teléfonos la llevan y qué ventajas tiene para que sea un éxito, y una de las pantallas más apreciadas por los usuarios.
Qué es una pantalla OLED
OLED es la abreviatura de Organic Light-emitting Diode, un diodo que emite luz y que te sonará más por su nombre sin la O inicial, es decir, LED. Y también te sonará porque algunas pantallas llevan nombres como AMOLED o Super AMOLED, que son un tipo concreto de pantalla OLED.
En los móviles siempre ha habido dos clases de pantalla principales, las LCD y las OLED. Las LCD usan cristales y estos se retroiluminan para que veas tu pantalla. Mientras, las OLED, usan otro sistema, en el que la luz se autogenera por la proximidad de los diodos (se llama electroluminiscencia, para los que quieran saber el detalle).
¿Y qué más da todo esto?
Pues que, debido a que son dos maneras muy distintas de generar los colores, las pantallas OLED lo hacen de un modo que permite colores más vivos, brillantes y fieles, al no retroiluminarse. El ejemplo más claro es cuando miras el color negro en una pantalla OLED, es completamente negro y no hay luz.
Si has comparado un Samsung de gama alta con otros móviles durante estos años, habrás comprobado que sus pantallas no son como el resto, que los colores son «de otra manera». Quien tiene una pantalla OLED suele decir que no la cambia, y encuentra un gran contraste cuando empieza a usar una LCD.
¿Es la reproducción más fiel de los colores la clave de su éxito y que esté en los mejores móviles, incluyendo ahora el iPhone X? No, esa no es la única ventaja.
Ventajas de una pantalla OLED
Además de representar los colores de manera más viva y fiel, las pantallas OLED tienen otras ventajas, como:
- Imágenes más nítidas y reales cuando las comparas con una pantalla LCD, gracias al mayor contraste y unos ángulos de visión más amplios.
- Mejor tiempo de respuesta. Las pantallas OLED son hasta mil veces más rápidas que las LCD.
- Mayor eficiencia de la batería. Al no retroiluminar el negro, por ejemplo, gastan menos energía. De hecho, un truco para aumentar la batería de un teléfono con pantalla OLED es poner un fondo de pantalla negro o muy lleno de negros.
- Más ligeras y flexibles. Al no necesitar tantos sustratos (capas) al construirlas como las pantallas LCD.
Eso sí, no todo son ventajas.
Las pantallas OLED duran menos que las pantallas LCD, se degradan antes y, aunque en los oscuros y negros ahorran batería, en otros colores pueden consumir más energía. De hecho, algunas veces, las pantallas OLED son famosas por degradarse y mostrar tonos rojizos o extraños, aunque suelen ser raras excepciones. Esto es especialmente relevante si tienes una de esas pantallas que cuestan mucho dinero arreglar.
Sin embargo, si son tan buenas en general, ¿cómo es que no las tienen todos los teléfonos? Pues principalmente porque son más caras. De ahí que sean teléfonos de alta gama los que suelen montar pantallas OLED.
Teléfonos con pantallas OLED
Como ya hemos dicho, Samsung en sus altas gamas siempre ha llevado pantallas OLED, los Samsung S7 y S8 son unos clásicos, pero no los únicos.
Además del iPhone X, Google se ha subido al carro de la pantalla OLED y sus nuevos Píxel y Píxel XL las llevan. Lo mismo ocurre con el OnePlus 5, uno de los móviles Android más poderosos, y con el Huawei Mate 10.
Como puedes ver, el éxito de las pantallas OLED es total, pero si quieres disfrutar de una, vas a tener que pagarla.